Asociación de
Psicoanálisis de Misiones
Curso anual
De los Ideales a la causa-inconsciente-comunidad-
Dictado por Christian
Gómez
Segunda clase
Reseña Por: Cristela Irrazábal.
En la segunda clase del curso anual Christian Gómez inicia
la misma con una aclaración en torno a un término que había utilizado en la
apertura, que era el de “formaciones colectivas”, mientras que ahora advierte
que es más preciso hablar de “representaciones colectivas”, hecha esta
distinción continúa refiriéndose al ensayo de Ernesto Laclau, que venía
trabajando en el primer encuentro, el objetivo es poder realizar una crítica
del mismo, en el sentido de entender en qué punto lo que plantea el autor se distancia
del psicoanálisis y en qué punto confluye con él. –recordemos el ensayo es: “Muerte y resurrección de la teoría de la
ideología”- Un primer punto de acuerdo o acercamiento entre ambos es la idea
que extrae Laclau de Slavoj Zizek
–filósofo, politólogo,- de que Las teorías de la ideología que implican a su
vez tres elementos –doctrina, creencia y rituales-. Son teorías de la realidad
social. Esto es importante destacar, ya que gran parte del corpus teórico de
las ciencias sociales parte de una operación contraria, suponer que lo social
es el elemento que construye la realidad. Se refiere entonces al ejemplo tomado
por el autor sobre el liberalismo como ideología donde subyace cierto modo de
articulación de lo colectivo, de dónde surgen algunas consignas como la prensa
libre, la democracia –en alguna de sus versiones- y la idea de mercado que es
solidaria al liberalismo.
Se detiene por un momento, en lo que Laclau designa como el
ritual dentro de la ideología, para hacer una comparación con lo que Lacan
planteara en el Seminario 17, en el capítulo XI “Los surcos de la aletosfera”
donde entiende a los objetos técnicos producidos por la ciencia como elementos
que producen una atmosfera de verdad, en el sentido de que estos parecerían ser
objetos naturales. También las representaciones colectivas en general tienen
esta condición de operar como verdades a priori, incuestionables, se asimilan a
la naturaleza rápidamente y no son siempre pensadas como el efecto de
determinadas doctrinas. Resumiendo, la idea laclauniana es que la realidad
social se construye ideológicamente, como producto de una combinatoria
contingente y es posteriormente asumida
como una verdad de la naturaleza. En
función de esto emerge la pregunta por la posibilidad de existencia de una verdad
última o primera que permita que un discurso sea cerrado, que capture lo real
social sin ningún resto. O bien ¿Cómo saber si un discurso ideológico esta
distorsionado, y si lo está en comparación con que norma? A lo que agrega que
solamente situando un original se podría establecer un desvío. Continuando con
el desarrollo introduce la cuestión planteada por Laclau, respecto al hecho de
que la categoría “teoría de la ideología”, a la que Lacan hace mención en el
índice razonado de los “Escritos 2” ha atravesado todo el campo de lo social,
abarca al conjunto de la realidad social –todo es ideológico-, entonces dado
este abuso del término esa categoría ha sido eludida en el campo de las
ciencias sociales y se ha reemplazado por el de “discurso”, entonces se
comienza a hablar en este campo de “análisis del discurso”. Se refiere entonces
al estudio que hace Lacan de los discursos, la distribución en cuatro
estructuras acotadas y precisas –Amo –Universitario –Histérico y el del
psicoanálisis- de combinatoria infinita.
El psicoanálisis es entonces el discurso que opera no a modo
de una ideología, pero si se puede deducir en él una articulación en términos
de realidad. La propuesta de estudio es inclinarse hacia la orientación que
diera Jaques Lacan sobre la existencia del psicoanálisis como síntoma de la
cultura, que aparecerá de este modo en un momento histórico determinado, donde
hay un elemento no capturado por la ciencia, y ese resto da la ocasión al
psicoanálisis de operar, recuerda en este punto la frase de Lacan que puede
leerse en “La ciencia y la verdad” “el sujeto que la ciencia rechaza es aquel
que psicoanálisis toma”, ese resto es lo que se denomina en el psicoanálisis
sujeto del inconsciente. Por otra parte, hace referencia también a la “plusvalía”
de C. Marx, que Lacan utilizará para formular el concepto de goce. En este
sentido la plusvalía y el goce son conceptos que refieren a un excedente.
Entonces mientras que del par ciencia-rechazo, aparece el sujeto en tanto
significante –sujeto del inconsciente-, del lado de la economía política está
el retorno de lo pulsional que es la configuración del campo del goce.
Ahora bien dice Christian Gómez, para entender las transformaciones en lo
social E. Laclau propone una dialéctica entre las representaciones universales
y las representaciones particulares, ambas dejarían sin abarcar una categoría
que es la de lo singular. Y este sería un punto de distanciamiento entre lo
formulado por él, y lo que se propone el psicoanálisis que es justamente un
dispositivo que pretende captar ese singular en juego. En este sentido retoma
el problema Freudiano de lo económico, que se puede leer en textos como “El
masoquismo”, todo aquello que debe leerse en Freud en términos de esfuerzo y
que involucra cierta concepción del cuerpo, del organismo, y que es lo que no
entra en la lógica fálica. Para Freud lo que está del lado de lo femenino, se
encuentra del lado de lo que no se puede saber, de lo que no tiene inscripción,
por lo tanto de lo real en juego, lo femenino designaría entonces el retorno de
lo real.
Resumiendo dirá que si el sujeto del inconsciente es efecto
de pensar la ciencia moderna, el goce es efecto de estudiar la economía
política, por lo tanto en toda organización social, cuando entra a tallar lo
político, está en juego también el goce y no solamente –como se deducirá en una
primera lectura del ensayo de Laclau- la lógica de las combinatorias
significantes en tanto ideologías.
Para Laclau un
discurso es o se vuelve ideológico cuando los tres elementos –doctrina,
creencia y ritual- adquieren una representación que pueda captar lo real como
tal sin resto, es decir cuando lo particular se puede universalizar. Mientras
que del lado del psicoanálisis se contempla aquello que no se deja capturar
por ninguna representación.
Por eso se puede plantear que el psicoanálisis pese a tener
una doctrina, no es una ideología porque no se pretende universal. Si bien
existe la posibilidad de universalizar las hipótesis de Freud, el discurso
psicoanalítico no es hegemónico, de hecho Lacan planteará que su existencia es
posible dada la existencia de otros discursos –Amo, universitario y histérico-
Próxima clase: miércoles 01 de Junio, en la sede de la Asociación de psicoanálisis de Misiones.