Captar las formas de lo indefinido -entrevista al pintor Zygmunt Kowalski-


El día 21 de diciembre falleció Zigmunt Kowalski. A modo de homenaje reproducimos aquí la entrevista que el pintor gentilmente concediera a la revista Fri(x)iones-entre el psicoanálisis y la cultura- en el mes de octubre de 2011 y que fuera publicada en el Nº 1 de dicha revista.





Captar las formas de lo indefinido
-entrevista al pintor Zygmunt Kowalski- (*)


"Se debe captar a través de las formas ese algo indefinido que flota y para eso se requiere nacer con alguna sensibilidad, sino no sería arte si no se puede captar eso que envuelve todo y dice cosas no directamente"

(Zygmunt Kowalski, Posadas 2011)


¿Cómo llega usted al arte?

Habrá sido un destino, yo en realidad no quería ser pintor, yo estudiaba idiomas. Me gustaba tener algo que ver con los idiomas; es así que en Polonia estudié francés y en Alemania aprendí alemán.
Asistí a la escuela de traductores de Bavaria en donde estudié inglés, ruso pero algo siempre me empujó hacia la pintura y de ahí ya me gustaba la pintura, tal es así que recuerdo que cuando era chico e iba a la escuela primaria me levantaba un poco antes para dibujar y después algunos compañeros me pedían dibujos a cambio de una entrada para el cine.



O sea que había una ganancia extra por hacer arte

Es que toda la guerra no hice nada, no podía; sólo después de la guerra, cuando estuve en Alemania -precisamente en Heidelberg- me ubiqué en un cuartel general de Las Naciones Unidas para refugiados


¿Usted se instaló allí? ¿Qué hacía?

Como sabía varios idiomas, me emplearon para trabajar medio día hasta que conocí un muchacho polaco al que le gustaba la pintura y empezó a estudiar en una localidad a 10 km de Heidelberg y como él no andaba muy bien con el idioma alemán, me pedía que le traduzca un libro hasta que finalmente me dice: “¿Por qué no probas la pintura?” y así salimos a pintar y entré yo también.
Cuando la guerra terminó no había nada realmente bien constituido aunque a pesar de eso estuve en una escuela de arte dos años y medio a la que asistía por las tardes ya que mi trabajo era por las mañanas.



¿Cuál era su ocupación en ese tiempo?

Allá estaba en la oficina de una organización para refugiados que se llamaba IROS y que fue creada para ubicar y dar empleo a toda la masa de extranjeros que trabajaban en la Alemania nazi. Como los alemanes mandaban a sus hombres al frente, necesitaban a alguien que trabaje. Estuve cinco años haciendo trabajos forzados: obligatoriamente trabajaba en una fábrica y cuando la bombardearon en el campo. Pero después que terminó la guerra la cuestión era qué hacer con todos los prisioneros y algunos heridos. Entonces de eso se encargaba esta organización.
Luego, antes de venir a Sudamérica trabajé en la oficina de migración canadiense y mandábamos gente a Canadá, a los que quería. A mí también me ofrecieron ir pero tenía mucho miedo del frío porque si iba a ir a algún lugar tendría que ser un sitio cálido.
De esa manera, todos los extranjeros que estaban en Alemania fueron ubicados en algún lado, es decir, o volvían a su patria o emigraban. Había muchas naciones que aceptaban a los inmigrantes como Chile, Venezuela, Paraguay pero menos Argentina. Yo no me animaba a pensar en América Latina porque en aquellos tiempos no tenía mucha visión de lo que era la región, no es como hoy.


¿Podemos decir que hoy la cuestión cultural se trata más bien del entrecruzamiento y que la gente tiene un conocimiento, como dice usted, al instante de lo que está pasando en otro lugar?

Claro, en aquel tiempo eso no sucedía. Los viajes en avión eran escasos. Después escribí cartas a Chile, Venezuela y Paraguay a pesar de no tener ninguna idea de lo que era Paraguay y qué iba a hacer ahí. Los que nos dieron albergue eran de una secta religiosa que hasta el día de hoy se encuentra en la zona del chaco paraguayo. Llegue a tierras guaraníes acompañado de gente de varios lugares, había lituanos, ucranianos, polacos. Sin embargo en Paraguay sólo quedé unos meses porque no me gustaba nada, la gente era buena pero la mayoría eran ingleses y alemanes, poco se hablaba castellano. Eso me parecía paradójico.
Entonces a Polonia no quise volver debido a que fue ocupada por la Unión Soviética que era un régimen también comunista. Además, tampoco sabía nada de mi familia, si vivían o no. Mi padre, recuerdo, fue muy herido durante la guerra en el `42. Entonces mi opción fue emigrar a algún lado y así vine a Misiones. Debo decir que durante los seis meses que estuve en Paraguay observé los restos de la revolución, el clima que se vivía y los agujeros en las paredes a causa del impacto de las balas.


¿Cómo llega a la Argentina?

Lo hago en forma clandestina, no tenía documento ni pasaporte y no me acuerdo si los perdí o me los quitaron. Desembarqué en la Laguna San José y sólo tenía siete pesos en mi bolsillo, lo que en ese momento equivalía a un dólar. Observé que el lugar era chico, que todo el mundo se conocía, había mucho trabajo y como no tenía oficio y no sabía el castellano me aceptaron como ayudante en un taller de electromecánica con lo cual eso me permitía ganar algo de plata para pagar la pensión.
Me acuerdo que el gobierno emitió un decreto por el cual todos los indocumentados podían arreglar su situación y así obtuve mi cédula que me convertía en un ciudadano legal; con el tiempo obtuve la ciudadanía
Me casé, tuve a mis hijos Víctor y Alejandro y me dediqué a la pintura aunque me tropecé con alguien que no estaba en la pintura pero que influyó para que sí lo hiciera, esa era mi señora. Ella decoraba vestidos y tortas y yo la ayudaba hasta que finalmente me dijo: “hacélo vos que te sale mejor”. Así empecé a pintar mis primeros cuadritos de la selva.


¿Era la selva, el pueblo, la gente, su inspiración?, ya que en los retratos que usted pinta capta muy bien la costumbre, y la idiosincrasia del pueblo.

Yo estuve impactado con la naturaleza y sobre todo porque ella era muy diferente que en Europa. Los árboles gigantescos me impresionaban.
Una vez presenté mis cuadros en la vidriera de una marquería en el centro y ahí vendí mis primeros cuadros hasta que un periodista de El Territorio me propuso armar una exposición, mi primera muestra, en octubre de 1963.


¿Qué recuerdos tiene de esa primera vez?

Fue positivo porque yo necesitaba saber qué opina la gente sobre mis obras. Uno no pinta solo para uno mismo sino que lo hace para otras personas y evidentemente a muchos les gustó mi pintura, todavía tengo recortes de diarios de esa vez.
Esa fue mi entrada al arte de manera más formal si se quiere.


¿Tuvo contacto con otros pintores y conoció varios estilos?

Si, junto con otros pintores de acá hacíamos trabajos en conjunto y se respiraba una tendencia modernista, abstracta y de realismo. Yo, personalmente, pinto en óleo lo que veo y siento.

¿Se puede describir eso?

Se trata de observar y ser sensible a lo grandioso del paisaje. Creo que el pintor debe reflejar esa grandiosidad en su pintura, no es necesario que sea una copia sino el tema es recrear y hacer una pintura propia.

¿Podría decirse que en cada obra está puesta la subjetividad en juego?

La cuestión es recrear lo creado. Al pintar uno recrea y no se trata de perder la autenticidad sino que la pintura debe ser parecida a lo pintado pero de otra manera. Siempre la forma, los colores, la sombra y la ubicación son propios del que pinta.
Pintar no es copiar sino querer decir algo y lo que yo quiero decir no es más que mostrar el amor que siento por la naturaleza y afirmar que el hombre es parte de esa naturaleza, parte de una sola obra de Dios. Tiene que haber un cierto mensaje que en mi caso es un mensaje de paz a causa, creo, de los tiempos difíciles que hoy vivimos y de cosas como la violencia que a mi particularmente no me gusta, sobretodo porque en cinco años de guerra he visto cosas horribles. Quiero mostrar lo bello y hermoso que es admirar la naturaleza y que eso puede mejorar una vida.


Eso que usted tiene en su memoria como el recuerdo de lo penoso ¿hoy retorna en su pintura pero no sin sufrir una transformación?

Durante mucho tiempo sufría una especie de opresión de parte de la sociedad porque he sufrido mucho maltrato por no estar de acuerdo y no identificarme con el régimen nazi. Trato de pintar alegría aunque a veces no esté alegre porque creo que mi vida en el arte es la paz y la belleza. Nunca pinto violencia.

¿Qué piensa de nuestra cultura y de nuestra gente?

Pienso que hay mucha sensibilidad al arte y al verme pintar al natural. Yo pinto a partir de bocetos que me sirven de base a pesar de que entre el boceto y la obra hay mucha distancia. Retrato sobre la vida de la gente y siempre digo que la pintura es complicada porque no existe el “dos por dos son cuatro”.
La gente me indicaba siempre algo que yo no veía del paisaje, por ejemplo la tristeza o la alegría y desde entonces creo que primero uno ve lo material y luego se percibe el alma y el carácter de un paisaje. Se debe captar a través de las formas ese algo indefinido que flota y para eso se requiere nacer con alguna sensibilidad, sino no sería arte si no se puede captar eso que envuelve todo y dice cosas no directamente. Se trata de una impronta, de ese punto final donde se ve esa alma que flota. Por eso la gente a veces no entiende ni la música ni el arte.
No creo que pueda enseñar cómo pintar sino que sólo digo que hay que pintar lo que uno siente y lo debe hacer cada vez mejor.


(*) Entrevista realizada por Carlos Wall.


"Arroyo entre helechos" de Zigmunt Kowalski

Imagen cedida por el autor para ilustración de la difusión de la Conferencia "¿Qué es el inconsciente? La interpretación de los sueños", dictada por Christian Gómez en el marco del ciclo Cuatro conferencias sobre el malestar en nuestra cultura. Oberá, 24 de junio de 2011.





Invitación: XVII Coloquio anual de la Aplp - La demanda de formación en psicoanálisis -Lo que no se enseña-





XVII COLOQUIO
Asociación de Psicoanálisis de La Plata


La demanda de formación en psicoanálisis
-Lo que no se enseña-



Viernes 2 de diciembre, 2011

Sede de la APLP: Calle 1 Nº 718, Ciudad de La Plata



16 hs. Apertura

Organizadores: Leticia Garcia, Mariangeles Alonso, Karina Gomez, Sebastián Ferrante.


16.30 hs: Instituto y Escuela: la localización argentina

* La verdad de una parodia: la Escuela de Masotta. Pablo Fernández
* El extraordinario joke freudiano. Romina Torales
* Los laicos del futuro anterior. Christian Gomez
* El psicoanálisis en la Argentina de los años sesenta. Gabriela Terre
Discute: Patricia Iribarren



18 hs. Análisis, control y enseñanzas… del síntoma

* Enseñanza de una política. Carolina Sanguinetti
* La experiencia del control. Laura Arroyo
* Hacerse del gusto analítico. Gabriela Rodríguez
* Escisiones formativas. Daniela Ward
Discute: Ivan Pelitti



Coffee Break


19.30 hs. Caminos en el bosque analítico

*Aprender a leer. Cecilia Fasano
* La autoridad en la formación de los analistas. Fátima Aleman
* Tropiezos, encuentros y derivaciones. Marcelo Ale
Discute: Ana Gutierrez



21 hs. Presentación de las revistas Conceptual Nº 12 y Fri(x)iones Nº 1

* Christian Gomez (Asociación de Psicoanálisis de Misiones)
* Verónica Ortiz (Instituto Oscar Masotta, San Fernando)
* Ricardo Fava (Universidad Nacional de Lanús)
* Daniela Gaviot (Instituto Oscar Masotta, Bahia Blanca)
Coordina: Germán Schwindt

* Intervención: Lacan, los analistas y los asnos. Enrique Acuña



22 hs. ****Brindis musical (en la sede de la APLP –calle 1 Nº 718-)

www.aplp.org.ar




Revista FRI(X)IONES. Nº 1 -Sumario & Staff-



Revista 
F R I (X) I O N E S  
-entre el psicoanálisis y la cultura-

Año 1. Nº 1 Primavera 2011



EDITORIAL
Editorial, por Christian Gómez

CIUDADES
La invención del analista o la suspensión del buen gusto por Germán García
Tribulaciones de Macedonio-autor por Ana Camblong
El sillón fuera de contexto por Martha Bordenave
El arte como política de lo real por Malena Teijeiro
El tiempo de vivir, tiempo de recordar por Mara Vacchetta
Posadas des-memorial por Teresa Warenycia

EXPERIENCIAS
Extrañeza y extimidad por Enrique Acuña
Una nota de lectura sobre el estilo antitrágico por César Mazza
Cuando las etiquetas se despegan por Marcelo Ale
¿Qué nombran las adicciones? El sujeto y el goce por Fernando Kluge
¿Qué encierra el objeto de arte? La mirada como real por Lorena Danieluk

HUELLAS 
El normal medicado por Germán Schwindt
La ética del psicoanálisis por María Isabel D'Andrea
Psicoanálisis y salud mental: políticas de lo posible por Germán Britch
La ley, el sujeto y el goce por Marcela Romero
Psicoanálisis: historia y política por Rodrigo Cibils
Subjetividad y juventud encarnacena por Dolly Sosa
Sobre la actualidad de la psicosis y sus tratamientos por Julieta Ríos

LETRA CHICA 
Ese silencioso sonido solitario por Leticia García
El derecho y el revés por Claudia Espínola
Vida de Lacan por Carlos Wall
Pasión y encanto en la experiencia analítica por Germán Tor
Sobre políticas y publicaciones por Adriana Gómez
Selva, cultura y las palabras-alma por Ricardo Fava

CUENTA GOTAS
Captar las formas de lo indefinido. Entrevista al pintor Zygmunt Kowalsky
Literatura regional e identidad por Luis Angel Larraburu

STAFF:

Asesor:
Enrique Acuña

Director:
Christian Gómez

Comité de edición:
Martha Bordenave
Adriana Gómez
Rodrigo Cibils
Claudia Fernández

Corresponsables:
Buenos Aires: Emilio Vaschetto
La Plata: Leticia García
Córdoba: César Mazza
Corrientes: María Isabel D'Andrea
Paraná: Marcela Romero
Resistencia: Julián Barreda
Encarnación: Dolly Sosa
Asunción: Mara Vacchetta

CONTACTOS: 
revistafrixiones@hotmail.com


Fotos del III Encuentro del Psicoanálisis con la Historia y la Cultura





Actividad organizada por la Asociación Psicoanalítica Paraguaya Arandú, realizada el 16 y 17 de Septiembre del 2011 en La Alianza Francesa (Asunción - Paraguay).
Convocaron: Asociación de Psicoanálisis de Misiones (APM); Asociación de Psicoanálisis de La Plata (APLP) y Asociación Paraguaya de Psicoanálisis Arandú (APPA).

(Haga "Click" sobre las fotos para verlas en su tamaño original)



Invitación: Cuatro conferencias sobre el malestar en nuestra cultura - 3º Conferencia - Oberá, Misiones



Pre-textos preparatorios... - "Espacios de discusión" - Por Por Cecilia Fasano


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



Con este pequeño envío Cecila Fasano saluda desde La Plata, provincia de Buenos Aires, la realización de este III Encuentro del psicoanálisis con la historia y la cultura.

Christian Gómez



Espacios de discusión


Freud fue un ejemplo de lo que significa estar en un permanente ejercicio de argumentación al punto de inventarse un interlocutor al que llamo “juez imparcial”, ¿Qué quedo de la política freudiana? Porque hoy (salvo por supuesto, honradas excepciones) asistimos a un modo que más tiene que ver con la fascinación por un saber con el cual no se opera, una fascinación con la obra freudiana (o lacaniana) pero sin consecuencias o en todo caso con la consecuencia de un saber enciclopédico, que se puede repetir muy bien, pero que está lejos de constituirse como un “saber-hacer”.


Entonces, puesto que el analista existe en una ciudad y “lo efectivo es lo que se hace en público”, qué es lo que efectivamente ocurre, en esta ciudad?

Coyuntura interesante para propiciar espacios de discusión, que permitan poner en tensión las investigaciones realizadas con las que están porvenir.


No desconocer las producciones locales y estar atentos a los propios procesos de construcción teórica es una política. El progreso del saber es posible si se produce un verdadero intercambio de ideas, donde las diferencias se debaten con argumentos sólidos basados en la experiencia clínica y en la investigación, de las que puede surgir (o no) el consenso. De lo contrario, es inevitable quedar entrampados en un masaje narcisista o en un “delirio de dos”, más cerca del oscurantismo que del psicoanálisis.

Un saludo cordial (Op cit. Pág 157)


Por Cecilia Fasano


Pre-textos preparatorios... - "Malestar y la Violencia en las escuelas posmodernas" - Por Lic. Diana S. Lesme Romero


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



Diana Lesme, quien estará presente como expositora en este III Encuentro ya inminente, sitúa en este envío dos ejes a partir de los cuales se pueden pensar las instituciones educativas a la luz del psicoanálisis: la promesa, fallida, de felicidad como bien común y los esfuerzos por establecer pautas universales de acotamiento del goce.
El malestar en la cultura (Sigmund Freud, 1930) es el prisma a partir del cual la autora lee los fenómenos específicos de violencia en un contexto que sitúa como posmoderno. A lo irrealizable del programa del principio del placer se une lo fallido de las pautas simbólicas en tener a raya a un retorno siempre sorpresivo de la pulsión en su insistencia de satisfacción.
Paradojas del ser hablante, el goce habita también esos dispositivos de establecimientos de límites que son las instituciones educativas, lo cual recuerda la afirmación freudiana de lo imposible de la empresa de educar.

Christian Gómez



Malestar y la Violencia en las escuelas posmodernas


Llevo algún tiempo pre- y ocupándome de las distintas manifestaciones de violencia escolar, como expresiones de un malestar progresivo en los espacios escolares. Advirtiendo vivencias de los chicos desde dentro y desde fuera de la escuela, intentando colaborar para el despliegue de potencialidades del niño, la niña y los adolescentes y principalmente, para que los que trabajamos con ellos evitemos adherirnos, consciente o inconscientemente, a mecanismos que discriminen, agredan, manipulen y violenten las particularidades de los sujetos, las familias y los grupos. Las inquietudes planteadas en esta contribución se relacionan con el sentido de la experiencia escolar para los chicos, o su falta de sentido, y su relación con la producción y sostenimiento de malestares importantes.


Ya nos advertía Freud (1929) en su obra Malestar en la Cultura que las instituciones, que hemos creado los seres humanos para protegernos y procurarnos bienestar (refiriéndose principalmente a las instituciones clásicas de la modernidad: familia, iglesia, y escuela), son fallidas desde su concepción y además dificultan nuestra vida cotidiana, en tanto el sufrimiento es “natural” al ser humano. Desde la relectura de esa obra, se puede pensar que el espacio escolar es uno de los espacios donde las personas buscan “ser felices”, eterna ilusión humana, ya que sabemos, que lo que nos impone el principio del placer, es básicamente irrealizable. Esto no es igual a decir que hay distintas formas de “acercarse” a un bienestar subjetivo.


El diccionario de Lengua española define malestar como una “indisposición o incomodidad imprecisa 1”. Es interesante notar en esta definición que la fuente de incomodidad es imprecisa, no se relaciona con algo o alguien específico, una suerte de intranquilidad indefinida. Esa incomodidad, que Freud la explica inicialmente como una “tensión” del cuerpo en relación a las necesidades fisiológicas del ser humano, luego inunda el cuerpo, el pensamiento y hace una trayectoria singular en la búsqueda de bienestar y felicidad.


La felicidad es efímera y su búsqueda implica todo un trabajo. La omnipotencia oceánica, narcicística de satisfacción total, al modo de funcionamiento primario del lactante se verá limitada por el NO, como primera ley organizadora. Este mecanismo por el que se asume la falta, el agujero, el límite, permite que el sujeto renuncie a ese goce primitivo, que se ha perdido para siempre. Esa pérdida (paradójica para el pensamiento contemporáneo) exige que para “ser” hay que “tener” o sea, renunciar a algo preciado para tener algo que dota de menor omnipotencia pero que permite la existencia humana. Dicho de otro modo: para vivir, habrá que renunciar a la omnipotencia narcísica. Esa pérdida, es la que posibilita al ser humano instituirse como tal. Constitutivamente estamos limitados, divididos en esa búsqueda, de algo que ni siquiera sabemos que es. En algún momento de la historia de la humanidad se creyó que era la religión el camino a la felicidad, luego se depositó confianza en la ciencia, y así se fue avanzando, a partir de las frustraciones, el descreimiento, la desconfianza en las instituciones, hasta el momento actual en que seguimos debatiendo sobre la búsqueda de la felicidad.


La escuela es en sí una gran limitadora a la completud anhelada por el YO, en tanto representante de un orden, de las normas, lo que en teoría debería ayudar para el proceso de asumirnos como sujetos divididos ante la ley (entre lo que uno es y lo que debe ser, entre lo que quiere y lo que debe). A la ya fallida institución escolar como espacio de búsqueda de la “felicidad”, se suma que la escuela posmoderna pretende ubicarse como reguladora de la experiencia escolar de los protagonistas del quehacer educativo en su totalidad, no permitiendo quiebres, incompletudes, incertidumbres. “Porque sos un estudiante de tal colegio, tenés que ser así”, impone etiquetas, tradiciones (algunas violentas), como si hubiera, una única forma de alcanzar algo de bienestar. Ante las imposiciones del sistema masificador de búsqueda de sentido, surgen los malestares y las diversas manifestaciones de éstos, una de las cuales es la violencia, en cualquiera de sus formas; como caminos alternativos para esa búsqueda.


Extendiendo la noción de expresiones de violencia escolar, presto el concepto de Violencia Simbólica, de Pierre Bordieu, sociólogo francés: “cualquier tipo de agresión que no se da en el plano de lo físico o real (por ejemplo un golpe, un grito) sino en el plano de la significación, de las representaciones impuestas a los sujetos dominados por parte de los sujetos dominantes, incluyendo: visión del mundo, roles sociales, estructuras mentales”. Es el poder “invisible” que se ejerce desde el ocultamiento, y tiene como objeto promover sumisiones que no siempre son distinguidas como tales, por estar sustentadas en expectativas colectivas, en creencias socialmente inculcadas, transformando las relaciones de dominación y de sumisión en relaciones afectivas, las naturaliza.


Siendo fiel al concepto, en realidad la tarea educativa para la cual es creada la escuela, ya es violenta, porque selecciona unos contenidos, imponiéndolos, reproduciendo un sistema de dominación social, con un currículum “oficial”, elegido y seleccionado por el estado, sustentador del monopolio de la violencia simbólica legítima, y una “apuesta”, quizás la principal, en las luchas simbólicas por la imposición de la visión del mundo. Visión monopólica que deja de lado la posibilidad que estudiantes y docentes busquen - y encuentren - un sentido a su experiencia escolar y laboral respectivamente. Esto supone que desde el poder oficial de la escuela, se hegemonizan las formas de ser, de vivir, de educar, de trabajar. Todos tienen que hacer lo mismo de idéntica manera, dejando poco o ningún lugar para la apuesta subjetiva que implica apropiarse de la experiencia escolar, del mejor modo de aprovechar los espacios escolares.



No se trataría entonces de que la escuela imponga mecanismos, formas de “ser”, de vivir la experiencia escolar, sino de cooperar con espacios, mecanismos que favorezcan la búsqueda, tanto individual como colectiva de formas propias, y también temporales de disfrutar la “cosa” escolar.

Concluyendo, si el sufrimiento es constitutivo del ser humano, y en la falta, en los límites se hace cultura, la escuela, como institución oficialmente autorizada para ello, tiene la responsabilidad de revisarse continuamente y de cambiar su función, sus mecanismos. La escuela posmoderna pareciera estar como “perdida” en esos avatares. La tentación de mi impregnación posmoderna es decir que la escuela debería “recalcular” el rumbo, las rutinas, los espacios escolares (como dicen los GPS cuando uno “perdió el rumbo”) aunque no se puede recalcular porque el bienestar humano no es “calculable” con formulas únicas, que sirvan para el colectivo. No hay un GPS para administrar las frustraciones culturales y sus implicancias. Nuestro transitar se caracteriza esencialmente en esta era por el movimiento ágil y los cambios. Es en ese oscilar donde nos vamos construyendo cotidianamente como eternos aprendientes, pseudo magos sin magia ni rumbos convencionales determinados, convocados a pensar, a construir una forma novedosa de convivencia escolar, que con sentido crítico, flexibilidad, tolerancia, responsabilidad, formación y pasión hagamos esfuerzos para promover que los niños y los adolescentes que habitan la escuela encuentren caminos que no hagan más pronunciado o sirvan de sostenedores del malestar contemporáneo.


Y esa es tal vez, una apuesta del psicoanálisis en este escenario: abrir caminos y espacios alternativos para pensar o tal vez para reinventar la escuela como contrapunto a la escuela generalizante, dominante desde esa “agenda oculta” social, que genera malestar y violencia institucionalizadas y crecientes.


Lic. Diana S. Lesme Romero


Pre-textos preparatorios... - "Psicoanálisis: Historia y Política" - Por Rodrigo Cibils


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



Escribe desde Posadas Rodrigo Cibils quien propone una lectura atenta a dos dimensiones inherentes al psicoanálisis: la historia y la política.
En este envío ambas se articulan con lo contemporáneo a partir de la hipotesis según la cual el psicoanálisis no es sin la subjetiviadad de la época.
¿Como pensar los efectos actuales de acontecimientos que hacen a la historia del psicoanálisis? El autor propone que ante cada hecho que toca lo colectivo el psicoanálisis responde con una nueva toma de posición, así por ejemplo la política implementada, política disimil, en tiempos de dictadura en la Argentina.
A su vez, puede conjeturarse, en un contexto donde hay una tendencia al borramiento de la palabra, sustituida por la fragmentación infinita del organismo, el psicoanálisis insiste en conectar al sujeto con una causa que lo atañe de manera íntima.

Christian Gómez



Psicoanálisis: Historia y Política


“…que ´la política es inconsciente´ es otra manera de advertir que aquel que piensa no se da cuenta de que primero habla…”.

Germán García, “Psicoanálisis, política y verdad”.

(“Conceptual. Estudios de psicoanálisis”. N°10-Octubre de 2009)


Tome como punto de partida dos artículos, “Declinaciones de un sobreviviente. Psicoanálisis frente a la dictadura” y “La sociedad del acto analítico”, ambos de Enrique Acuña.

La historia no sería solo una suma de sucesos o eventos, donde se ubican los diferentes hechos sobre una línea cronológica que no permite los silencios ni los cortes. Historizar en psicoanálisis sería más bien ubicar, no solamente los hechos, sino los acontecimientos a partir de los silencios y escansiones que lo organizan. Señala Enrique Acuña en “Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas”, que “historizar en psicoanálisis implica, entonces, situar la función del olvido, que recupera el valor del resto perdido, con lo cual se puede captar un cierto saber sobre la verdad”. Un hecho adquiere valor de acontecimiento por sus consecuencias, es decir, que tenemos dos tiempos. Un tiempo 1 donde se da el hecho, y un tiempo 2 que hace que ese primer hecho adquiera valor de acontecimiento. Es un tiempo diferente al cronológico, es un tiempo que opera por retroacción al modo freudiano, ya indicado por Freud en los dos tiempos del síntoma y del trauma.

Hacer historia es algo diferente a historizar. Hacer historia es seguir una línea sin sobresaltos, donde se da una división del tiempo en cronos como forma ordenada de los archivos. Historizar es resaltar lo profano, “zambullirse en el orden del encuentro contingente con lo que no se sabía, con la novedad sorprendente”, como un destello durable. Señala Enrique Acuña que un acontecimiento se historiza, pero en términos de una “hystoria”, en donde el discurso reintroduce la dimensión del sujeto-analizante, dividido por el retorno de lo reprimido. Sobre esta base se apoya la idea de historizar el análisis pero no como hechos del pasado en una línea temporal, sino con una temporalidad de retroacción.

Lorena Danieluk planteó en los pre-textos hacia el Encuentro, es el encuentro entre lo público (para todos, la cultura) y lo privado (para cada uno, la pulsión), en donde como una banda de moebius, lo público se hace privado y lo privado se hace público pero de manera diferente. Entonces, en el encuentro entre un analista y un analizante ya hay un “hecho social”, ya que entre ambos atraviesa la cultura de esa época.

En una conferencia en la ciudad de Oberá, Misiones, sobre el “Malestar en nuestra Cultura”, Christian Gómez resaltó que la cultura es una trama simbólica inherente de lo humano, y por lo tanto es un efecto del lenguaje. El malestar es un término acuñado por Freud para referirse al desorden que hay en los lazos de la vida cotidiana en una sociedad en busca del placer de cada uno y la felicidad para todos. En este sentido, ubicamos el “malestar” como efecto de una tensión entre la felicidad para todos y el bien para cada uno, entre la felicidad social, en masa, y el bien singular, inconsciente solitario que busca su pareja (S1-S2) en el binario del inconsciente transferencial.

Ese dispositivo de la cultura, a modo imperativo, promueve el bien común, la felicidad para todos silenciando el goce particular de cada uno. Entonces, por un lado tenemos a la cultura que reclama felicidad para todos, y por el otro lado tenemos a la pulsión freudiana que desorienta en tanto no indica cual es el objeto ni que forma de satisfacción espera alcanzar, pero que sin embargo exige satisfacción. La cultura como trama simbólica, como lenguaje que organiza la realidad de lo humano, no puede captar de manera total a la pulsión, hay una parte que no es captada, un resto que aparece y que cada vez que lo hace deja como efecto el “malestar”. En este punto, el síntoma sería una forma particular que tiene cada uno de arreglárselas con ese elemento que queda por fuera del entrecruzamiento entre la pulsión y la cultura, entrecruzamiento que es parcial. Síntoma hechos de palabras, que trata de cubrir de sentido el sin sentido que produce el desborde de la pulsión.

El malestar de nuestra época reclama respuesta a fenómenos y a “síntomas de nombres importados” como el “stress”, “depresión”, “panic attac”, entre otros; abriendo un abanico de ofertas terapéuticas, grupos de apoyo y rehabilitación a determinadas adicciones, ofertas de calmantes y quitapenas que garantizan evitar el sufrimiento y prometen “felicidad”, borrando al sujeto y silenciando el goce, negando que es imposible gozar del “bien común”.

Opuesto al dispositivo de la cultura, el psicoanálisis responde con un dispositivo que pone en juego la causalidad del inconsciente a partir de invitar al sujeto a hacer uso de su palabra y así empezar a nombrar algo de su malestar. Por el paso de la experiencia de un análisis, el sujeto adquiere un saber que fue ignorado, capta algo de ese saber que está determinando sus síntomas, un saber que habla en él. La experiencia de un análisis, hace existir la política del inconsciente en tanto articulación entre la “resonancia” de las palabras y el “silencio” de la pulsión, “quedando un resto de satisfacción que, al perderse, no se dice, sino que se escribe” (ENRIQUE ACUÑA. Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas).

Decíamos entonces que el psicoanálisis es un efecto de lo que llamamos malestar, ese desorden de lo humano donde cada época sufre de diferentes maneras, cada época vive la pulsión a su modo. En el siglo XXI se instala el “permiso para gozar”, donde la representación de la época victoriana de Freud ha cambiado, los síntomas no son los mismos, las histéricas no se presentan igual. Es decir, que el síntoma ha cambiado su envoltura formal, pero hay algo que no puede ser modificable en su núcleo de lo real, el cuantum pulsional no ha cambiado. Lo paradójico es que en ese nuevo sufrir que cada época indica, siempre hay algo que se repite en el sujeto, lo señala Enrique Acuña, “en sus síntomas contemporáneos, algo propio de lo viejo. Es decir, como en el hablante, desde siempre, se observa esta conjunción entre lenguaje y goce” (ENRIQUE ACUÑA. “El viejo mundo nuevo. La sociedad del acto analítico”).


Rodrigo Cibils


Pre-textos preparatorios... - "Subjetividad y juventud encarnacena" - Por Dolly Sosa


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



Una ciudad esconde múltiples aspectos que hacen a su trama cotidiana. En ella y en quienes la habitan impactan de modo diferente hechos y circunstancias que la transforman.
Es el caso de Encarnación, desde donde nos llega esta contribución por parte de Dolly Sosa, ciudad sede en la actualidad de transformaciones que afectan a los pobladores dando lugar a configuraciones alejadas de lo que fuera en otros tiempos la región y acercandola mas a cualquier ciudad latinoamericana con las incidencias de los mass-media, suburbios de hollywood al decir de Néstor García Canclini.
La autora hace un recorte de un sector de la población, jóvenes púberes, y estudia su actualidad valiendose de las tesis freudianas sobre las identificaciones, la constitución de los ideales y la voz imperativa del superyo.
Entre la multiplicidad de ofertas de objetos listos para llevar, como en la recordada zona baja, y la apelación a las tradiciones hay un llamado a la intervención del psicoanálisis en los debates públicos.

Christian Gómez



Subjetividad y juventud encarnacena


El eje de este trabajo será nuestra inquietud ante una inmensa población juvenil que sufre el impacto de una urbanización acelerada de nuestra ciudad Encarnación, sostenidos apenas de los resguardos amparadores del Ideal del Yo. Vamos a tomar como eje obras capitales de Freud para el estudio de las identificaciones y los ideales, tales como Introducción al Narcisismo ( 1914); Psicología de las masas (1921); El Yo y el Ello” ( 1923); Nuevas lecciones introductorias al Psicoanálisis ( 1932).

Las identificaciones, son operaciones constituyentes del humano. En primer lugar, tenemos las identificaciones originarias , que son con el padre ( con el lenguaje dirá Lacan y nosotros nos sentimos tentados a agregar aquí, identificaciones imaginarias con la nacionalidad y la ciudad, pues creemos que este imaginario emerge anclado en lo simbólico).

Luego, siguiendo a Freud del capítulo VII de Psicología de las masas, tenemos las identificaciones como forma primaria de lazo afectivo con el objeto; como sustitutivo de una relaciòn de objeto abandonada y otras sin ninguna interferencia de lo sexual, simplemente producidas por el descubrimiento de rasgos comunes entre los sujetos ( identificación al rasgo).

Consideramos que nuestros jóvenes púberes y adolescentes de Encarnación que son una inmensa mayoría, están expuestos a identificaciones caóticas, al tratarse de las identificaciones sin coherencia alguna y sin aspiración de síntesis tampoco, por mas que es cierto también que como dice Freud, es lícito el empleo literal de “múltiples personas psíquicas”.

Fijémonos lo que nos dice una niña, cuya madre está por ser desalojada de su casa por el Ente Binacional Yacy Retá debido a la reconfiguración poblacional para la inundación de su zona : “mi mamá está tan orgullosa de sus plantas, de sus malvones, de sus helechos y de sus árboles. Tiene plantas traídas de lugares más allá de Pozo Favorito, más allá del Parapití , que trajo su padre de la Guerra del Chaco. Dice mi mamá que eso no tiene precio………!!y le quieren pagar con plata!!” . Esa misma niña que entiende el valor de lo intangible, por otro lado se siente acomplejada porque no porta un blackberry……….

Ya no confiamos tanto como en épocas pasadas en el peso de las identificaciones tradicionales formadas en la familia ( sustituto de una relación de objeto abandonada como son las secundarias edípicas) pues los hogares de padres separados o de madres que simplemente se han ido a “trabajar a España” es ahora una realidad cotidiana. De modo que no tenemos el resguardo ya ni siquiera de la “virgen serrana de Caacupé” porque la religiosidad está tomando cada vez mas un cariz folclórico.

Dice José Blèger en “ Simbiosis y ambigüedad”, que el Yo, la instancia psíquica del Yo, no se limita a la superficie de nuestro cuerpo sino que se extiende en los objetos y personas – que habitamos y que nos habitan.
En esa misma línea dice Freud que “cada individuo forma parte de varios grupos, se halla ligado desde varios lados por identificación y ha construido su ideal del yo según los modelos más diversos”.

En ese sentido, los jóvenes se identifican entre ellos y sin las identificiones edípicas de nuestra época , los chicos se aglutinan en patotas para buscar escape al susto de vivir, en los estupefacientes de los cuales la moda actual es el crack!! La gobernación y la Municipalidad están seriamente preocupados y por ello buscamos ayuda internacional y nacional ( el programa nacional de prevención de drogas con el Dr. Fresco, de Prever) para reflexionar y afrontar este malestar que está tomando la forma de una epidemia!!!

Es en el YO y el Ello, donde figura por primera vez el termino “superyo”, que en este texto se considera como sinónimo de Ideal del Yo y que tiene las funciones de prohibición e Ideal. En “Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis” el superyo aparece con las funciones de autoobservaciòn, conciencia moral y función del Ideal . Estas últimas acarrean , sentimiento de culpabilidad y sentimiento de inferioridad.

Nosotros observamos con preocupación que estas funciones reguladoras están faltando cada vez más al unísono con la sociedad de consumo que descarta los productos usados y los bota al basurero. Del mismo modo como en forma absolutamente frívola se opta por el último diseño del producto más novedoso, como si la novedad fuera necesariamente garantía de calidad!!! Y es así como se descartaron los discos de vinílico a favor de los CD, cuando que los técnicos del sonido siempre optan por los famosos Long play del año 60!!!

En este tiempo de la postmodernidad , Gilles Lipovetsky (La era del vacío) dice que la verdad ha dado paso a la seducción, la noticia veraz a aquello que uno quiere oír y ver ( la tinellización de nuestra televisión local); la hiperinflación de la apariencia , donde nuestro cuerpo ha dejado de ser una “res extensa” para ser un instrumento de erotismo.

En ese sentido , es hora de que los psicoanalistas , pues el superyo, antes cruel y aniquilantemente opresivo, se ha extendido hasta permitirlo todo y como “si Dios ha muerto, nada está permitido” , dice Lacan parafraseando a Dostoievsky , los chicos ante el pánico de existir, se escapan con cualquier medio hacia islas de goce infinito ….de los que algunos ya no vuelven…..
Creo que los psicoanalistas deberían ser asesores de políticas públicas:

» no del modo empirista y chato de las ONGs que fracasan pese a que se gastan millones, sino aportando reflexiones sobre nuestro discurso tan postergado porque nosotros mismos no sabemos cómo dialogar con la Cultura.

» En ese sentido , los jóvenes están en una situación de emergencia: ellos deben abandonar su cuerpo infantil, sus padres omnipotentes y dar sentido a un cuerpo que aparece con una demanda nueva cual es una la sexualidad que le dará un lugar en la cadena generacional . O sea, subjetivizar esa maduración orgánica articuándola con la herencia de un deseo.

» Si no hay identificaciones primarias no hay identificaciones secundarias sino imitaciones, deformaciones bufonescas, payasescas, en donde los jóvenes se asimilan a un “como si” trabajaran , “como si” amaran, “como si” fueran buenos ciudadanos. Esto es , creo, la tarea del psicoanalista: tener voz ante las autoridades que diseñan los destinos de la ciudad para que el impacto sea de lo mas armónico: que lo nuevo sea ”superación de lo viejo, pero conservando lo anterior”.


Dolly Sosa


Pre-textos preparatorios... - "Entre lo público y lo privado: el inconsciente" - Por Lorena Danieluk


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



En este envío Lorena Danieluk, miembro de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones, interroga la época actual a partir de la vigencia del texto freudiano sobre el malestar en nuestra cultura.
Los síntomas testimonian de las tensiones que vive cada época entre pretensiones de generalización de las propuestas que conducen a la felicidad y los efectos singulares que muestran lo ilusorio de tal promesa.
¿Hay aquí un pesimismo del psicoanálisis respecto de la cultura? Sabemos que Freud osciló entre optimismo de las formas simbólicas de la cultura y pesimismo al constatar el retorno de un elemento mas allá del principio del placer.
La hipótesis del inconciente, sin embargo, supone un encuentro del hablante con un texto privado que habla en sus síntomas y se desliza en sus sueños y que puede dar lugar a una palabra que, no ya universalizante, permita al sujeto habitar una cultura y una época.

Christian Gómez



Entre lo público y lo privado: el inconsciente


“¿Qué es lo que los seres humanos mismos dejan discernir por su conducta, como fin y propósito de su vida?, ¿Qué es lo que exigen de ella, lo que en ella quieren alcanzar? No es difícil acertar con la respuesta: quieren alcanzar la dicha, conseguir la felicidad y mantenerla…”

S. Freud “El malestar en la cultura” 1929, pág. 76.


Freud se anticipa aquí a lo que podemos considerar una lectura vigente de nuestra cultura actual. Sosteniendo como pretensión la búsqueda de la felicidad el individuo acudirá a diferentes artificios, “quitapenas” prometedores de una felicidad plena. Camino este, el de la felicidad, que cataloga de irrealizable, más aún en el sentido universal del término.

En tanto la pulsión juega su partida allí, la pretensión social de la felicidad para todos, incluso la oferta constante de modos para alcanzarla, se estrella y desaparece. Freud sostiene que cada quien deberá encontrar el camino que lo conduzca a esa bienaventuranza.

No obstante analiza, entre otras cuestiones, cómo la aglutinación del individuo con otros bajo la forma de la familia puede ser pensada como un modo de responder a la necesidad sexual genital, por lo menos en primera instancia. De este modo introduce ya una especie de transformación familiar que parte de la organización bajo la forma de tótem a un nuevo modo en donde el amor puede establecer lazos. No obstante todo emprendimiento se verá coartado, limitado por el desarrollo cultural. Se introduce así una especie de ida y vuelta por un lado el amor se contrapone a los intereses de la cultura, por otro lado la cultura ejerce sus limitaciones sobre el.

Lo publico –del para todos – y lo privado – de cada quien – se entraman generando una interesante articulación.

E. Acuña, en su artículo “Dialéctica del Perjudicado y el Prestador”, muestra cómo en un contexto actual de liberalismo y biopolítica, la palabra estrés – creada por la psiquiatría después de la guerra de Vietnam - desplaza a la neurosis traumática y a la angustia. Concordante con la idea de que el trauma puede universalizarse, luego también el trauma está en el lugar de la causa, pero como causa real y externa al sujeto, y no como lo pensó Freud al modo de un exceso energético que no puede ser asimilado por al aparato psíquico, y en donde se destaca el factor sorpresa del trauma – inesperado por el yo – y la lectura retroactiva del mismo – sólo fue traumático en tanto produjo un síntoma-.

Entonces el trauma, muy a contrapelo de lo planteado por los discursos actuales, es aquí algo que no se capta y que además se organiza al modo de algo externo que se constituye como tal en tanto toca una interioridad que ya lo anticipaba.

El efecto inmediato de esta lectura de los “traumatizados”, sería una especie de boda- según lo propuesto por el autor - entre el perjudicado – victima – y el prestador de salud, donde el primero cuenta su síntoma en función de las palabras que el segundo le propone como válidas para la época, en este caso estar estresado o traumatizado, cuestión para la cual se le propone todo un aparato de tratamiento por supuesto, que promueve la felicidad y la cura milagrosa. Así Perjudicado y prestador hacen la alianza perfecta.

Ahora bien lo que escapa a este enlace, es precisamente el plus que allí se produce. En esa pareja perfecta se produce goce.

El psicoanálisis no será sin antes interpretar el discurso de la época. De este modo Enrique Acuña propone que la salida a esta especie de encrucijada, será vía el deseo, en tanto las terapéuticas actuales reducen la demanda a la necesidad.

El psicoanálisis puede intervenir allí como aquel que al promover el discurso del inconsciente, introduce al sujeto en un equivoco en donde este no sólo podrá notar que habla desde un lugar de identificación – a los significantes de una época, por ejemplo – sino que también perderá la noción de lo que dice, dirá más allá – enunciación – y es allí precisamente donde algo del deseo se irá desplazando.

En lo que considero una misma línea de lectura, Eric Laurent, en su artículo “El nombre del padre entre realismo y nominalismo”, plantea que la práctica social efectúa variaciones sobre los usos y costumbres otrora admitidos. Así la estructura de parentesco actual, por ejemplo, se rige más bien por el sistema jurídico que por la historia, además de la insistente pretensión de encontrar en investigaciones biológicas el dato último que permita garantizar y organizar el sistema de los nombres – la autoridad familiar -.

La lectura actual de nuestra cultura se ve atravesada entonces por los discursos jurídicos y técnicos – científicos. Podemos pensarlos como discursos que comandan y organizan las particularidades de una época.

En síntesis: el psicoanálisis como otro discurso, sin perder de vista el entramado discursivo actual, propone un modo diferente al de la cultura en su abordaje de lo pulsional. Es allí donde el discurso del inconsciente interviene generando una torsión en la trama en donde lo público – para todos, la cultura - y lo privado – de cada uno, la pulsión – se encuentran. No sólo porque hace jugar en el interior de la experiencia lo público, sino que también hace de una experiencia privada algo que implica un retorno del sujeto a lo publico, pero diferente esta vez.

La idea Freudiana de un camino y un recorrido que será para cada uno, es precisamente en tanto el discurso del inconsciente abordara lo real pulsional vía la palabra pero no sin saber que en ese ejercicio algo quedara por fuera; será ese vacío no captado precisamente, lo que ahora quedará ubicado como causa, ya no publica, sino singular.


Lorena Danieluk


Pre-textos preparatorios... - "Chiste y comicidad paraguayos" - Por Melissa Duré y Diosnel Martínez


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



En este envío los autores, integrantes de APP-Arandú, adelantan bajo el modo de un fragmento parte de su exposición la cual promete una articulación entre psicoanálisis y política.
En una lectura a la letra, es decir acorde a la temática, el texto freudiano sobre la agudeza es comentado no sin recurrir a la dimensión cotidiana de los juegos ingeniosos con las palabras con sus efectos de creación y transformación de la lengua en el intento por decir con arte aquello que a veces puede ser preferible callar.
Modelo de toda formación del inconciente, la agudeza ilustra a la vez sobre esa dimensión íntima del inconciente en los efectos de sentido que sin embargo empalma con lo colectivo en sus efectos sobre una cultura, cuestión que aquí esbozan los autores.

Christian Gómez



Chiste y comicidad paraguayos


El ensayo de Freud El chiste y su relación con lo Inconciente fue escrito en 1905, inmediatamente después de Psicopatología de la vida cotidiana.

El chiste es un fenómeno social, basado en juego de palabras y es un excelente medio de lograr placer con el recurso de la brevedad . El placer del chiste abreva de los juegos infantiles, juegos que por acción de la coerción del pensamiento crítico, lo hemos ido regulando y finalmente prohibiendo.

Lo genial del descubrimiento freudiano es que tanto los sueños, como los síntomas, los lapsus, los actos fallidos, tienen la misma estructura, al punto que Oscar Masotta dice que “los síntomas son un mal chiste”.

Todas estas formaciones del Inconsciente tienen por finalidad esconder un deseo, que ya sea por agresivo o por libidinoso, es punible para la moral del sujeto. Entonces, así como un deseo se realiza en un sueño disfrazado por las operaciones del lenguaje sin que el durmiente se entere (y se despierte por ello escandalizado), así también el chiste realiza libremente un deseo censurable, pero por la técnica empleada, el sujeto receptor del chiste se ríe sin sentir responsabilidad en la tensión astutamente liberada.

La libertad en el chiste es lograda por las múltiples técnicas para lograr la humorada, aunque también hay chistes inocentes, donde el placer recuerda como nunca el ejercicio de “lalengua”, cuando hablábamos por el placer de articular vocales y consonantes (le tiro de la cola y sale cocacola, tolón tolón, tolón tolón, cantan los niños de tres años con infinito placer por la similicadencia….).

El chiste y lo cómico son dos dimensiones del humor. En el primero, una carga preconciente es abandonada en el Inconsciente y retorna ya para ser servida al oyente quien sancionará con su risa. Es así que el chiste necesita tres personas: el autor; el sujeto-objeto de quien nos reímos y el otro quien abrocha el sentido con su aplauso ó risotada.

El humor en cambio es dual: el que descubre la comicidad y el sujeto-objeto que causa la hilaridad. La comicidad depende de las circunstancias externas que complacen al que así halla la comicidad en el otro y dependen de factores pre-conscientes. De modo que el chiste “se hace”, mientras que lo cómico “se descubre”.


Una clasificación

En el chiste intervienen los recursos más conocidos que son: el desplazamiento y la condensación, que los usan también a discreción las otras formaciones del Inconciente.

Los chistes tienen casi infinitos recursos, debido a que la palabra es muy plástica y por tanto se presta a combinaciones y fusiones; a juegos fonéticos y de sentido.


Las especies de lo cómico

La comparación de dos gastos de magnitud psíquica constituye uno de los rasgos más relevantes de lo cómico; mas este debe ser relevante demostrar una diferencia considerable de "nivel", por ejemplo, cuando algo importante y singular es comparado... o hasta si se quiere, degradado, a algo trivial y bajo. El efecto de lo cómico procede de una especie de decepción, pero no una decepción dolorosa, sino más bien una situación no esperada. Lo cómico restablece la euforia cuando la misma no es una disposición general de la psiquis. Lo cómico no debe hallar obstáculos en los espectadores, como lo constituyen los afectos contrarios, uno de los principales obstáculos de lo cómico que pueden causar indignación.

Lo ingenuo constituye una especie de lo cómico y el mismo tiene origen en una situación exógena a nosotros, en los actos y palabras de otras personas. Lo ingenuo se produce cuando el primer sujeto en quien reside lo cómico está sujeto a cierta coerción ya sea ética, estética ó lógica. En cambio la persona-objeto vence sin ninguna dificultad una coerción, que en realidad no existe para él y se sirve de sus medios expresivos e intelectuales y además no extrae ningún placer de su ingenuidad. La misma debe estar libre de estar coerciones, de lo contrario su actuación causaría indignación.

La comicidad del movimiento consiste en una comparación de movimientos por medio de una comparación entre un movimiento que observamos y el movimiento que nosotros "normalmente" haríamos. Es percibido como un movimiento excesivo de incremento del gasto para su expresión, lo cual hace que el mismo sea tenido por superfluo y produce la descarga de risa.

La comicidad artificial se da cuando hacemos surgir lo cómico en nuestra persona con el objeto de divertir a los demás. Dentro de este género tenemos a la "comicidad de situación", que generalmente acude a la torpeza, explotando la credulidad. Por otra parte, tenemos a la "caricatura" y a la parodia que se da contra personas eminentes, investidas con autoridad; la "caricatura" constituye la exageración de un rasgo que cuando forma parte de un todo, pasa por desapercibido, y que mediante la misma se produce un efecto cómico que a su vez se extiende a la totalidad. En la "parodia" se logra destruir la unidad de caracteres de una persona a quien conocemos en sus palabras y actos. También tenemos el "desenmascaramiento" que es el medio por el cual surge la comicidad que degrada la dignidad de un individuo, generalmente muy solemne, atrayendo nuestra atención sobre una debilidad del mismo, que lo hace muy humano. “El personaje que narra este cuento – en este caso nuestro humorista, agregamos nosotros - nos enseña el hecho de que la tragedia termina ahí donde comienza la parodia , punto límite donde la risa puede nacer como recurso ante el horror”.( Enrique Acuña. Resonancia y silencio. Psicoanálisis y otras poéticas. La Plata EdULP, pág 154)

En la historieta encontramos un pasaje entre lo el chiste y lo cómico; encontramos rasgos del chiste, porque en la misma se recorre a los errores intelectuales y a la representación antinómica para el descubrimiento de la comicidad oculta.

En la comicidad de lo sexual, en líneas generales, se acude al desenmascaramiento (desnudez, persona que espía a alguien desnudándose), a la exageración (de ciertos rasgos sexuales) o a la degradación (de rasgos o comportamientos sexuales).

La situación infantil resulta cómica solamente si los niños se encuentran en situaciones propias de personas adultas.

Todas estas vicisitudes del chiste y lo cómico- sobre todo del chiste que se compromete de lleno con la palabra y el inconsciente- , remiten en última instancia a la relación imposible de la palabra y la Cosa. “El desplazamiento de un objeto indecible, causa de la satisfacción, es una verdad que se desplaza en la trama como ficción. Este procedimiento del sentido en la literatura _ en nuestro caso en el humor del chistoso ó del cómico - es un trayecto que va del autor al lector - en nuestro caso del sujeto que rie del chiste,- mientras que el psicoanálisis pone en relación al sujeto con el Otro, lugar del inconsciente”. (Op cit. Pág 157)


Por Melissa Duré y Diosnel Martínez


Pre-textos preparatorios... - "La aurora del psicoanálisis" - Por Christian Gómez


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global


Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011




La aurora del psicoanálisis


El psicoanálisis responde al horizonte de su tiempo al considerar como vive la pulsión cada época. Nuestra coyuntura actual interroga la existencia del inconciente por otros discursos que dibujan el espacio de la ciudad, pero donde aún hay tiempo para que el analista diga sobre los síntomas.

Enrique Acuña


En el artículo que inaugura nuestro foro hacia el III Encuentro Enrique Acuña plantea la posibilidad de la intervención del analista en el hecho social cuando hay un silencio, límite de las interpretaciones sobre el sujeto cuando este se extrae del colectivo que es la masa social. Recién entonces, sostiene, la manifestación social del inconciente puede interpretarse como un llamado donde el psicoanálisis responde en tanto sigue la pista de lo que no anda en cada discurso.

Así, el psicoanálisis interviene en lo social a partir de una concepción de qué es la cultura dando cuenta de que en vez de vínculos sociales mas o menos estables hay síntomas, es decir algo de lo viejo en lo nuevo del mundo que perdura e insiste, es decir que tiene la duración (a)temporal del objeto de la experiencia analítica.

Podemos revisar en consecuencia estados de la ciencia y la filosofía a la hora de pensar el hecho social: según el relativismo cultural que propone entre otros Richard Rorty (Contingencia, ironía y solidaridad) la identidad es una descripción que el yo hace de si mismo según un momento dado de su historia, es decir que es contingente a ese momento histórico razón por la cual se opone a cualquier esencialismo. La identidad cambia cuando cambia la descripción no habiendo una identidad real sino meros juegos metafóricos con el lenguaje. El hecho social es aquí, entonces, contingente.

En oposición, el construccionismo (John Searle, La construcción de la realidad social) mantiene el hecho social como real articulado al lenguaje como performativo (Maneras de hacer mundos, Nelson Goodman) mientras que en Ian Hacking (La construcción social de que?) es el propio construccionismo el que es puesto en cuestión al plantear sus clases interactivas con efecto bucle: cuando se trata del hecho social lo clasificado interactúa con la clase (cuestión retomada por el antropólogo Alejandro Grimson en Los límites de la cultura-crítica de las teorías de la identidad).

Podemos, a modo de hipótesis, situar dos ejes que organizan estas posiciones recurriendo a las categorías aristotélicas de lo necesario vs. lo contingente. ¿Se trata de la naturaleza de las cosas (necesario) o de los juegos (contingentes) del lenguaje? Bruno Latour no sin divertirse ubica los entrecruzamientos entre naturaleza-cultura (Nunca fuimos modernos).

Del lado de la psicología queda la apelación a los símbolos de la identidad en una tradición mas conservadora cuando intenta explicar los estallidos sociales apelando a un retorno a los símbolos que se desestabilizan por la crisis (un buen ejemplo de ello es el libro de la psicóloga Silvia Bleichmar Dolor País que explica la crisis argentina de hace 10 años).

El psicoanálisis, en contraste, plantea la pregunta acerca de que hay de viejo en lo nuevo, aquello que se repite, al modo de los cometas, en los síntomas contemporáneos en tanto demuestran la conjunción en el hablante entre el lenguaje y el goce. Enrique Acuña propone para la época un sujeto de la vergüenza, cómico y posmoderno y que puede ser tragicómico lo cual puede ser afín a la experiencia analítica. Lo que subsiste es la angustia: malestar en la cultura.

Sin embargo es constatable la seducción que lo novedoso puede ejercer en tanto tal. Enseñanza de la histeria en sus camuflajes actuales (bulimia, anorexia, etc.) que envuelven lo real que escapa a cualquier intento de aprehensión científica.

La aurora del síntoma (Eric Laurent) se opone al crepúsculo de las tradiciones en tanto insiste en hacer un camino singular para cada quien en una experiencia que lo extrae de cualquier intento de aprehensión colectiva. ¿Qué enseña la experiencia analítica en su soledad y como aplicarlo? Se trata de retomar lo que ya verificaron tanto Sigmund Freud como Jacques Lacan: las consecuencias sociales del acto analítico, cuestión que fuera planteada en el envío de Mara Vacchetta.

Ahora bien, entendemos que es justamente desde la sociedad del acto analítico (Enrique Acuña) que podemos devolverle la palabra al síntoma obturado por las múltiples clasificaciones actuales con sus dispositivos de adaptación. El III Encuentro del psicoanálisis con la historia y la cultura supone una intervención del psicoanálisis y de los psicoanalistas en el espacio público señalando (como el índice del Moisés de Miguel Angel) los divinos detalles que esconde el sujeto cuando extrae un nombre del Otro del inconciente en vez de recurrir al parche de la identidad común. Vale decir: que este planteo supone el lugar, en una ciudad, de la institución analítica como la que hace posible la transmisión de la experiencia analítica y sus efectos de-formación.


Christian Gómez


Pre-textos preparatorios... - "Hermanos soberanos" - Por Mara Vacchetta Boggino


Pre-textos preparatorios

Hacia el III Encuentro de Psicoanalisis con la Historia y la cultura

EL SÍNTOMA DE CADA UNO EN LA CULTURA GLOBALIZADA
*Síntoma analítico y síntoma social
*Psicología de las masas y política del psicoanálisis
*El inconsciente entre lo cultural y lo singular
*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global

Ciudad de Asunción, Paraguay, Sala Moliere Alianza Francesa
16 & 17 de Septiembre del 2011



Enviamos al lector del foro la segunda de nuestras entregas.

En esta ocasión quien escribe es Mara Vacchetta Boggino quien desde Asunción envía un texto cargado de referencias histórico-políticas donde intenta poner en juego la posibilidad de toma de la palabra del psicoanalista en un contexto actual imposible de ser pensado sin la dimensión del tiempo y la historia tal como ambos resultan subvertidos por la experiencia analítica inventada por Sigmund Freud y llevada a sus máximas consecuencias por Jacques Lacan.

Se trata, para el psicoanálisis, de un sujeto que es efecto de una marca simbólica que lo divide no solo por la incidencia del significante sino por la pérdida de goce inherente. Este sujeto entra en un colectivo que lleva ya las marcas del lenguaje con sus efectos de castración y las diferentes respuestas a ella.

¿Cómo pensar la realidad social de nuestros países? La autora propone una intervención desde el campo analítico en una verdadera muestra de la intervención del psicoanálisis en los debates contemporáneos.

Invitamos a Uds. al debate que la lectura de estas páginas promueva.

Christian Gómez



Hermanos soberanos


En esta jornada sobre “El Malestar contemporáneo” ,aspiramos como psicoanalistas, que la palabra de nuestros grandes maestros Freud y Lacan sirvan de fermento para los cambios de mentalidad que necesitan el ciudadano del mundo, el ciudadano latinoamericano y los hermanos vecinos paraguayos y argentinos.

Dice Freud que el niño empieza como sujeto de Derecho cuando el padre le interdicta el camino hacia la madre y a ella le dice “madre, no reintegrarás tu producto” mientras le ordena al hijo: “salí a jugar a las bolitas y no te quedes como el salame de tu madre”.

Allí empieza la primera prohibición, el primer límite, que va a permitir al infante a jugar con los valores exogámicos de su cultura.

Lacan toma este primer NO y nos hace ver que este dato de Lenguaje, es un elemento simbólico fundante en la vida salvaje y primitiva. Es totalmente simbólico porque, no tiene referente concreto alguno y Uds verán que en la Naturaleza no existe la negación.

Al aparecer el elemento abstracto que hace vacío, agujero, límite, el humano puede empezar a poner coto a la Naturaleza y adaptarla a su conveniencia. Pero para enseñorearse sobre ella , el hombre tiene que subsumirse a esa Primera Ley ordenadora del Lenguaje ( el NO que limita la omnipotencia oceánica, narcísica) y contemplar otras leyes que derivan de aquella.

Esa obediencia a la prohibición original, produce la primera “división subjetiva” que es una división ética: el Sujeto ( S/) se divide entre lo que desea y lo que la realidad o la Ley le indica.

Esta negación, es la primera ortopedia porque modela al hombre desde el individuo natural al sujeto de responsabilidad , al sujeto de Derecho.

Al asumir la Falta, el límite, el NO, el sujeto renuncia a un goce que nunca se recupera porque implica desalojarse de ideas todopoderosas ( de ahí el éxito de los Batman, Iroman, Spider ) y trae consecuencias constituyentes al humano.


En efecto si asumís la Falta, (al obedecer la Ley se desaloja uno de la completud engañosa del YO) al asumir la falta y presentarnos como sujetos divididos ante la Ley (por un lado lo que queremos y por otro lo que debemos) acontecen hechos como estos:

1) Aparece el Tiempo. 2) Aparece la Historia 3) Se puede dominar el Futuro. 4)Surge la Etica, el deber ser. 5) Aflora la autocrítica. 6) Se formulan y manifiestan los Ideales. 7) Comienzan la Empatía, el Respeto, la Tolerancia, bases de la Democracia. 8) Acontece el Dolor.


Y qué pasa en Paraguay y en Latinoamérica , donde la Ley no es del todo operante y donde el esfuerzo de muchos psicoanalistas es construir un Estado de Derecho.

Veamos.

1) El tiempo. El tiempo es eterno. Campea el Instante.

2) La Historia. Nos quedamos en la glorificación del Pasado y sospechamos de los cambios

3) Futuro. No se diseña, no se programa. Por ende, los problemas acontecen sin previsión alguna..

4) Nos contentamos con enunciados de Hecho. En efecto, se asumen las cosas como son. El destino, la fatalidad y la realidad son aceptadas con obediencia perruna. Los enunciados de Derecho , el “debe ser” es casi desconocido.

5) No hay autocrítica.

6) Ideales. Como no hay una escala de valores trascendentes, la gente opera con una ética básica. Nadie puede creer que fulanito se hizo rico decentemente porque no hay una escala axiológica superior.

7) La Empatía. El sujeto está egocentrado, entonces es un autoritario doméstico y es una rata afuera pero en casa es un monstruo

8) Acontece el Dolor. Mucha gente rechaza que sus caprichos no se realicen. Gente tan débil que no soporta sufrir el dolor de la realidad y entonces, se queda infantil para siempre. Pero está también otro grupo de egocéntricos nada mediocres que al tener poder , causan severos daños a su entorno: exilio interno ó externo si se trata de un déspota gobernante, por ej.


Señores: todos queremos el poder , pero no el poder para manipular gente sino la potestad interior que solo se logra si aprendemos a asumir la Falta!!!

Nietzche y Freud nos enseñaron que nuestra base constitutiva es prepotente, omnipotente, paranoica y es la realidad la que nos va haciendo entrar en división subjetiva.

A propósito de nuestros distinguidos visitantes, diría que por un lado, la vecindad física y hechos históricos nos hermanan .Nuestro prócer, brigadier general Fulgencio Yegros, estuvo con el último gobernador español Bernardo de Velasco poniendo presencia paraguaya durante las invasiones inglesas al Río de la Plata .

Poco después, Manuel Belgrano quien perdió batalla en TAcuarí pero fue escoltado a caballo por los comandantes Manuel Cabañas y Juan Gamarra hasta la frontera. Fruto de ese encuentro con el enviado de la Primera Junta porteña , los paraguayos consideraron seriamente la posibilidad de la Independencia.

Esta vecindad de origen (hijos de España ) y de geografía nos alienta a acentuar nuestras semejanzas no obstante las diferencias son enormes.

En mi opinión, nuestros vecinos se encontraron muy pronto con tener que articular al carro de la república inmensas provincias , amén de que a Bs As su situación de puerto le traía mejor acceso a ideas revolucionarias provenientes de filòsofos franceses. Nosotros en tanto, dormíamos la larga siesta tropical, a la sombra de grandes padres de gobierno vitalicio.

Somos hermanos por historia y geografía.

Hermanos soberanos.

No obstante ellos se encontraron mucho antes que nosotros en el trance de resolver el modo de integrar su vasto territorio amén de la ayuda de la Filosofía gala.

Ellos tuvieron que echar mano y practicar la Falta, mucho antes que nosotros permitiéndoles arribar más rápido a soluciones idóneas para un país moderno. Es entonces tarea de los psicoanalistas, mostrar a los políticos, a los maestros a los pensadores , a los religiosos, a los periodistas, cómo la práctica de la Falta es absolutamente necesaria para la Democracia, para el Diálogo entre los pueblos, para la Integración Económica y Política.

No obstante no será fácil porque cierto sentido infantil de patriotismo, de “escarapela y banderita” , todavía proyecta hasta hoy su pesada carga intelectual y moral.

Mara Vacchetta Boggino


Pre-textos preparatorios... - " La sociedad del acto analítico" - Por Enrique Acuña



PRE-TEXTOS


HACIA EL TERCER ENCUENTRO DEL PSICOANÁLISIS CON LA HISTORIA Y LA CULTURA


El síntoma de cada uno
en la cultura globalizada



*Síntoma analítico y síntoma social

*Psicología de las masas y política del psicoanálisis

*El inconsciente entre lo cultural y lo singular

*Futuro del psicoanálisis en la sociedad global




16 y 17 DE SETIEMBRE


Sala Moliere Alianza Francesa
(Mcal. Esigarribia 1039 c/ EE.UU)


Ciudad de Asunción, Paraguay



INFORMES:
Teléfonos: (0984) 285-073, 210-382, 210-503, (098) 965-332
Email: appa.arandu@gmail.com



INVITA:
Asociación Paraguaya de Psicoanálisis Arandu (APPA)


CONVOCAN:
Asociación de Psicoanálisis de La Plata (APLP) – Argentina
Asociación de Psicoanálisis de Misiones (APM) – Argentina
APP - Arandu – Paraguay



AUSPICIAN:
Casa del Psicoanálisis S.Freud en Paraguay
Alianza Francesa de Asunción
Embajada Argentina en Paraguay
Revista Conceptual Estudios de Psicoanálisis
Universidad del Norte




Presentación

Asunción se viste de anfitriona del tercer Encuentro de Psicoanálisis con la Historia y la Cultura que reúne a interesados de Asunción, Encarnación, Buenos Aires, La Plata, Posadas y otras ciudades.
Estos pre-textos son el modo en que, a partir de una serie de envíos, proponemos la lectura y el debate las diversas temáticas que serán tratadas en el Encuentro.
Inauguramos esta serie con un texto de Enrique Acuña La sociedad del acto analítico, quien plantea allí los ejes de los debates contemporáneos del psicoanálisis en tensión con el campo de los discursos de la cultura.
De Freud a Lacan, se trata de entender que ambos han tenido posiciones diferentes en relación a la semántica cultural a partir del hecho que la cultura no es la misma en la época de cada uno. Lo cual conduce a situar también la especificidad de los discursos contemporáneos.
El psicoanálisis, propone el autor, enseña a partir de una clinica del síntoma de cada uno en lo global de la cultura cuando el acto analítico tiene consecuencias en lo social. Se trata, entonces, de la intervención del analista en el hecho social.
Después de 100 años de psicoanálisis, ¿que caracteriza al siglo xxi?. Invitamos, con esta pregunta, a la lectura del artículo.


Christian Gómez



La sociedad del acto analítico (*)


“Todavía les falta aprender el abc, ese abc, se llama: les van a tomar el tiempo.
No se molesten en reflexionar lo que deben decir. No les van a preguntar.
Las bocas para alimentar bastan y sobran. Lo que falta es carne.
Pero eso no debe desalentarlos!

Un libro de lectura para habitantes de ciudades, Bertolt Brecht


Se trata de saber cómo aplicar lo que enseña la soledad de la experiencia analítica cuando sus resultados se hacen públicos, es decir, las consecuencias sociales del acto analítico, en esa producción que Lacan llamo objeto “a”, producto que es una solución al síntoma fabricado por cada quien con su tiempo.

Conectando estos momentos y observando la diferencia entre Freud, Lacan y el siglo XXI, después de un siglo de psicoanálisis, se podría decir que en los años treinta Freud presenta El malestar en la civilización desde la idea optimista en la que el factor Kultur puede organizar con su red, el goce del amor roto por la pulsión de muerte (observable en lo público de la guerra y en lo privado de la experiencia en la reacción terapéutica negativa como fracaso de la cura). Hace hincapié en una eficacia de lo simbólico, donde por la cara de ley del superyó, el programa de la cultura sería terapéutico si los ideales vencen al plus de goce.


Ideal
(a)


Lacan observa, después de la revolución burguesa del mayo del 68, dos hechos: que el reverso del psicoanálisis es el discurso amo contemporáneo, uno para cada posguerra, que su dialecto es el discurso capitalista; y que la burocracia universitaria genera mercado. Capital del mercado más burocracia universitaria, resultado: sujetos divididos, en ese momento, el estudiante, el revolucionario.

Esto lo lleva a demostrar que no hay La sociedad, sino discursos, lazos sociales fragmentados, que se pueden ordenar en al menos cuatro: histérico, universitario, analista, del amo o inconsciente. Cada uno de ellos supone un dominio de quien está en posición de agente sobre el otro.

Así la histérica domina su relación al deseo del amo, el universitario al alumno, etc. Este dominio organiza modos de hacer con la verdad. Lacan caracteriza esa época en términos de predominio de la ciencia, de la ideología del utilitarismo y producción de objetos técnicos (gadgets) que crean leyes de mercado y generan sujetos consumidores, del prêt à porter y de lo listo para usar.

El superyó obliga un plus-de-goce en el consumo, de modo tal que el objeto ofrecido como parte del mercado cultural es la inversión de la formula freudiana:


(a)
Ideal


J.-A Miller sugiere que estamos frente al “discurso hipermoderno de la civilización” que separa ese plus-de-goce (a) de un sujeto ($) que queda dividido por esa exigencia de más y deja abajo los significantes amo que lo orientaban. El saber queda en el lugar de la verdad, pero como semblante (relativismo posmoderno).


(a) ---- $
S2 ---- S1


Aunque con la misma estructura que el discurso analítico. Pero aquí los términos están separados. Lo interesante es que Lacan, en “La Tercera”, ubica al psicoanálisis como parte de esos objetos cotidianos del mercado; será un síntoma de la cultura si se diferencia de ella, en tanto ese objeto (a) es inaprehensible y a la vez ofrecido al consumo. El objeto del psicoanálisis –dice en Televisión – es ascendido como un producto del resto imposible de decir “al cenit del cielo social”; puesto ahí, ya es un valor. Es una paradoja de su uso y desuso.

Al saberse ya que hay una novela de La familia como hay Edipo-para-todos, se neutraliza y reduce el saber del analista que queda comercializado en el discurso universitario. Lo que fuera una peste es ahora un anticuerpo que se llama psicologización y sentido común. Al ser parte del mercado, el psicoanálisis puede ser evaluado por la ciencia con técnicas de marketing. Se profesionaliza y entra en carrera universitaria, se regla su técnica, se comparan sus resultados, en el mejor de los casos, se mide su terapéutica.

Pero sólo como síntoma de la cultura puede fracasar en ser llamado a obturar el vacío de la época que es trasladable a cada sujeto si pasa por un síntoma propio a alguien que habla y hace existir al Otro, el inconsciente, como un recorrido de la historia diferente al que ocurrió.

El psicoanálisis sobrevive en la época de la alianza entre la ciencia y el mercado en su malentendido: siendo ya parte de la cultura, puede ser un extranjero de ella. Puede intervenir en la subversión del sentido masificante, creando un deseo inédito al indicar la máxima diferencia entre los ideales y las causas. Atravesando lo imposible, localizar la causa de cada uno para dignificar su vida y crear las condiciones de posibilidad para trasmitirla.

Esta sociedad, para Lacan, fue su enseñanza de escuela, “refugio ante el malestar” pero no parroquia. Un lugar de elaboración del saber nuevo, en lo público de sus pases, que daría la ocasión de vivificar sus “fracasos”. Para nosotros ahora lo que perdura es una sociedad de analistas, pero la sociedad del acto analítico no es sin otros discursos.-


Enrique Acuña


(*)-Este texto es un fragmento del articulo “El viejo mundo nuevo” extraído de el libro Resonancia y silencio –psicoanálisis y otras poéticas- de Enrique Acuña.- EdULP. La Plata 2009.