Comentario de la 2º Clase del Curso Anual “El caso analítico: Entre lo universal de la clase y lo particular del ejemplo”


Curso Anual: “El caso analítico: Entre lo universal de la clase y lo particular del ejemplo”

Dictado por Christian Gómez 

2º Clase

Comentario: Germán Tor

El día 26 de mayo se desarrolló en la Asociación de Psicoanálisis de Misiones la segunda clase del curso anual "El caso analítico: Entre lo universal de la clase y lo particular del ejemplo” dictado por Christian Gómez.
Gómez inició la clase planteando el siguiente problema a dilucidar: ¿Cómo situar la tensión entre la vertiente clasificatoria que tiene el diagnóstico y la función de singularidad que implica pensar el caso como una construcción? Pasó a señalar que tal interrogante tiene como fondo el debate entre la ciencia, la política y la clínica, el cual suscita las siguientes preguntas: ¿Qué ciencia hace el psicoanálisis cuando establece su práctica clínica? ¿Qué dispositivos de validación tiene para contar un caso? ¿Hay un método para ello? ¿Se pueden transmitir sus principios epistemológicos?
Pasó a manifestar que, para un primer abordaje del problema, tomó como referencia el texto "Desclasificar, un destino para lo singular" de Enrique Acuña.

Previo a ello, retomó lo desarrollado en la primera clase del curso en torno al comentario de los textos "¿Qué es un paradigma?" de Giorgio Agamben y "La construcción entre lo universal y lo particular" de Enrique Acuña. Ubicó en el primero la idea de paradigma que distingue el autor en la obra de Tomas Khun: un ejemplo que puede aplicarse a otros casos. Y lo ejemplificó, a partir del psicoanálisis, con el caso del hombre de las ratas, donde un ejemplo (particular 1) se vuelve paradigma y clase, al operar como saber referencial. Lo cual pasó a problematizarlo a partir del comentario del segundo texto, del cual señaló que al introducirse el factor tiempo que interviene en la experiencia analítica, ello impide calcular ese particular de modo fijo, sufriendo la hipótesis del analista las contingencias del tiempo que dura un análisis, dejando lugar a un “particular 2" que va a ser -manteniendo la escritura que utiliza Agamben en su texto- ya no un ejemplo válido para otros, sino un "exemplum" en tanto ejemplo válido para sí mismo.
De ello Gómez extrajo que el recorrido hipotético de un análisis se juega, entonces, entre una clase universal, un particular que puede articularse a la clase y un particular/exemplum que va a valer sólo para ese particular o sea, una regla que vale sólo para ese caso.

En consonancia con ello, pasó a indicar que el recorrido que hace Lacan en su teorización es en dirección a la singularidad del caso, como exemplum, al enfatizar el síntoma como una solución continuista y no tanto como una ruptura de la estructura, enfatizando más la construcción de un caso como la solución y los arreglos que alguien va encontrando.
Puntualizó que dicho desplazamiento en Lacan es una hipótesis de lectura que propone Enrique Acuña, quien destaca en su texto primeramente citado que "Lacan se desplaza del realismo al nominalismo" A partir de lo cual Gómez pasó a introducir la pregunta acerca de cuál es, entonces, el soporte epistémico que se pone en juego en el recorrido de un análisis.

De allí pasó a situar el debate filosófico entre realismo y nominalismo. Del lado del realismo planteó que la estructura, la clase, determina aquello que está siendo clasificado. Y del lado del nominalismo situó la imposibilidad de incluir un elemento en una clase.
Tal debate lo articuló con dos orientaciones posibles en la clínica: la búsqueda de elementos que se tienen en común y que opera en un diagnóstico o la búsqueda de los elementos que no tienen en común, donde cada caso vale como una regla para sí mismo.
Pasó a señalar que, de acuerdo a los términos introducidos, cualquier práctica del sentido opera sólo del lado del realismo: con la clasificación, el saber referencial y la inclusión de un elemento en una clase. En cambio, la dirección de un análisis y la construcción de un caso en el psicoanálisis, es hacia el nominalismo; remarcó que analizar sería, siguiendo a Enrique Acuña en su artículo, desclasificar.

Indicó que tal hipótesis, Enrique Acuña la extrae de Lacan, quien plantea que el inconsciente como texto no se reabsorbe nunca en una clase. Gómez señalo que ello incide al momento en que el analista ubica un elemento en una clase (diagnóstico), ya que, al mismo tiempo, hay algo que no se puede ubicar en la misma y es, señaló, lo que empieza a funcionar como lo particular del caso y lo que lo va orientando. Ello lo llevó a introducir el siguiente interrogante: cómo explicar que en la experiencia analítica el analista se orienta por un elemento que no está incluido en una clase.

Para abordar dicha pregunta continuó con el comentario del artículo de Enrique Acuña y la referencia que allí se toma del libro de Ian Hacking “La construcción social ¿de qué?” De éste último Gómez punteó el debate entre las posturas sostenidas por dos autores del campo de la sociología que Hacking retoma: la de Berger y Luckman con su publicación “La construcción de la realidad social” y la de John Searle con su respuesta a la primera en “La construcción social de la realidad”, quien plantea que la realidad se construye y esa construcción es social.
Subrayó que Hacking introduce un problema a dicho debate al plantear que el objeto “realidad social” forma parte de una clase que interactúa con el elemento que clasifica a la clase; según dicho autor: el objeto es “interactivo”, es decir, que se ve influido por la clasificación que se hace de él.

Gómez pasó a advertir que el problema de la clase interactiva con el objeto, lleva al psicoanálisis a interesarse por estudiar dos fenómenos que destaca Enrique Acuña en su comentario del citado libro. Del primero de ellos remarcó que hay elementos que, al existir la clase, se van a acomodar a la ésta, por ejemplo: se necesita la clase “anorexia” para que luego alguien se identifique a dicha clase. Del segundo fenómeno subrayó que en él se constata que, por ser ese un objeto interactivo, va a tener un elemento que no va a encajar en la clase.
Gómez pasó a indicar que en el segundo fenómeno, ese elemento que no encaja en la clase es el que orienta el análisis, ya que es el que va apareciendo como singular.

A dicho planteo agregó que tal componente aparece en Freud como una construcción en análisis. Indicó que, en conexión a ello, Freud introduce la siguiente pregunta “¿Qué sucede cuando alguien, por efecto de la propia experiencia analítica, llega a un punto de su relato donde parece haber llegado a un límite?” Ante lo cual, comentó cómo Freud introduce diferentes formulaciones teóricas al respecto: “la roca viva de la castración”, “pennis need”, etc., y escribe en “Construcciones en análisis” que, cuando aparece ese límite, plantea la siguiente salida “Generalmente ha pasado que yo pude hacerme una conjetura del caso” y agrega “Lo que hago en ese momento es comunicarle mi construcción”.

Al respecto, Gómez extrajo que, si se tiene una cadena discursiva que tiene un agujero –un punto indecible-, lo que dicha construcción hace es, como hipótesis, ubicarse ahí para producir la continuidad del relato, empezando a funcionar como lo que guía el relato mismo. Y en este punto señaló una diferencia entre Freud y Lacan, indicando que éste último formula que esa construcción es del analizante.

Resaltó que, de ese modo, ese relato pasa a funcionar en base a una conjetura, la cual empieza a producir efectos de transformación y pasa a funcionar como solución de esos agujeros en donde aparece algo que es irreductible al sentido. Gómez punteó que allí encontramos un “caso” en el sentido analítico: donde se verifica que hubo una transformación que ha sido producto de un análisis, donde empieza a funcionar una regla singular inventada en el dispositivo, que explica ese caso singular y no sirve para ningún otro. Siendo esa la eficacia que aporta el psicoanálisis, la cual lo diferencia de cualquier otro dispositivo de palabras (confesión religiosa, psicoterapias breves, largas o medianas, charlas con amigos, etc.)
Por último pasó a indicar, retomando el artículo de Enrique Acuña, que el psicoanálisis, al desclasificar, lo que hace es que ese elemento que no encaja en la clase empiece a funcionar como un no-destino, el cual es singular y se expresa en qué caso soy yo para mí mismo y no para una clase en la cual estaría incluido.

Para la próxima clase del curso Gómez adelantó que continuará con los problemas hasta el momento planteados e introducirá el comentario del texto de Lacan “Proposición del 9 de octubre 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela” para avanzar hacia el algoritmo de la transferencia.